¿Sobrepensar?
A la mañana siguiente, en casa de Jimin, Jarin fue la primera en despertarse antes para así poder preparar un desayuno que sirviera como forma de disculparse con su padre por su falta de responsabilidad y confianza hacia él, pues Jimin le había dado todo para poder tenerla en su relación padre e hija.
Jimin despertó gracias a todo el ruido que provenía de la cocina. Unos cuantos cubiertos cayéndose al piso fueron los que lo despertaron e hicieron salir de su cocina y poder ver lo que le esperaba en aquel lugar favorito de su casa.
Peinó un poco sus cabellos mientras bajaba las escaleras. Podía escuchar unas cuantas maldiciones por parte de su hija. Fue inevitable no soltar una risa burlona por lo que sus oídos podían escuchar.
Jarin notó la presencia de su padre en la cocina. Ya no se notaba tan enfadado como la noche anterior, mucho menos igual de serio.
Le dedicó una sonrisa tímida, Jimin se la devolvió.
—Hola, papá —habló con un tono tímido mientras miraba a su alrededor y notaba el desastre que tenía en la cocina. Inmediatamente su tono de voz tornó a uno más preocupado—. Yo lo limpiaré. No quiero que te enfades más. Sólo quise hacerte un desayuno para disculparme.
Jimin formó una sonrisa ladina, tomando asiento en uno de los bancos de la cocina, situados frente a la isla de ésta, donde solían desayunar.
—Está bien, amor. No tenías que hacerlo. Anoche hablamos y quedamos bien, ¿no?
Jarin asintió antes de poner frente a él los platos con waffles un poco tostados de más.
—Lo siento —formó una sonrisa tímida.
Jimin soltó una risa, estiró su brazo hacia su hija, pidiéndole acercarse a él. Jarin así lo hizo, sintiéndose bien cuando recibió un tierno beso en la coronilla de su cabeza, justo como cuando era pequeña.
—Estamos bien, cariño —sonrió y después tomó un bocado de su desayuno—. Ven, siéntate a mi lado. No quiero desayunar solo.
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Jungkook despertó gracias al ruido que había en la parte de abajo de su casa, específicamente la sala de estar. Muebles moviéndose, controles cayendo, y uno que otro cristal roto. Fue un gran susto con el que despertó, sin embargo, este disminuyó cuando a medida que bajaba los escalones, veía una pijama muy conocida por él. Jongsuk trataba de hacer la limpieza del piso de abajo. Al parecer, era una recompensa por lo ocurrido en el club.
Parecía que sus hijos se habían puesto de acuerdo inconscientemente para disculparse y fallar un poco en el intento.
Jungkook apretó sus mejillas y llevó sus manos a su cadera mientras miraba a su hijo caminar de un lado a otro, con la aspiradora pequeña que lo ayudaba a limpiar los sofás y sillones de casa.
Jongsuk aún no se daba cuenta de la presencia de su padre, o no lo hubiera hecho si no fuera porque empezó a estornudar gracias a que al abrir la aspiradora, esta parecía tener polvo de la última vez que limpiaron.
Dio un brinco y llevó sus manos a su pecho.
—¡Papá!
Jungkook frunció su entrecejo.
—¿Seguro que sabes limpiar? Estoy escuchando que haces todo lo contrario. Pensé que alguien se había metido a robarnos gracias a todo lo que has tirado a tu paso —dijo con tono burlón.
Siempre le gustó tener esa relación de amistad con su hijo. Nunca fue de su agrado ser ese tipo de padres que quieren ser los correctos para sus hijos. Trataba de serlo al darle buenos ejemplo y educación, claro, sin embargo, en su relación era diferente.
—Lo siento, papá —respondió Jongsuk nervioso—. Estoy tratando de recompensar lo que pasó. Sé que no te agradó, aunque digas que no hay problema... no quiero sentirme mal por eso —torció sus labios.
Jungkook rodó los ojos con una sonrisa mientras bajaba las escaleras. A veces podría ser un padre lindo y comprensivo con él antes que darle algún castigo o portarse diferente. Se acercó a Jongsuk y despeinó su cabello, tal cual lo hacía cuando su hijo tenía diez años.
—Está bien. Pero, mejor hagámoslo entre los dos o vas a terminar haciendo un desastre la casa. Hoy es día de limpieza.
Jongsuk soltó una risa y asintió. Al parecer sería un día un poco pesado, teniendo en cuenta que cuando su papá decía que era día de limpieza, se trataba de limpiar muy a fondo todo, incluso sacar cosas de casa para tirar o donar.
✧✦✧
Jimin pareció notar la ausencia de Jungkook por todo el día. Ni siquiera tuvo su llamada de buenos días, mucho menos un mensaje para verse por la noche, o preguntarle cómo se encontraba él.
Todo el día esperó un mensaje de su novio, el cual nunca llegó.
Fue inevitable no pensar en sus pasos de baile de la noche en el club. La forma en que las personas a su alrededor los veían, o veían a su novio. Lo admiraban hombres y mujeres atractivos, no podía negarlo.
Su mente empezó a divagar, gracias a que Jarin salió de casa a comer con sus amigas.
Jimin trataba de distraer su mente, sin embargo, había una pequeña cosa que se mantenía y mantenía en él.
Tal vez una pequeña inseguridad que mantuvo por años.
Podría ser una simple idea por estar solo y sin nada que hacer.
¿O un problema a futuro?
«¿Y si en algún momento conoció a alguien del club y ahora está ocupado con esa persona?»
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